En una entidad en la que el mayor aporte económico es la agricultura, actividad que genera utilidades de forma líquida o mejor dicho en efectivo. Al ser el primer contacto y tener esta forma de ingreso, comúnmente es conocido que los empresarios diversifiquen sus ingresos a través de opciones, aunque no con un margen de ganancia muy elevado, cuando menos un margen de utilidad “seguro”.
Más de una vez me han comentado o recomendado empresarios de varios rubros, que la construcción es el negocio “anti-tontos”, ya que, de tener el capital necesario para llevarla a cabo, se genera un producto que, en vez de devaluarse, incrementa su valor conforme pasa el tiempo y si se cuenta con la suficiente suerte, para fincar en un lugar próximo a tener inversión para su crecimiento urbano, esto eleva inmediatamente su costo.
¿A dónde quiero llegar con todo esto?, a que todos los desarrollos, fincas, construcciones, son una excelente opción para invertir y, mejor aún, hacerlo de un modo inteligente. Llevar a cabo una construcción puede abaratar hasta un 20% el costo de un bien inmueble, además de contar con la ventaja de estar realizado a tu medida como sería comprar un traje sastre.
Mientras la demanda siga creciendo (no veo que pronto cambie esta tendencia, debido a que nuestro índice de natalidad es mayor al de mortalidad, es decir, somos más personas cada vez y todos necesitamos un hogar y espacios para habitar de manera humana) los precios de sus productos o su oferta seguirán en aumento. Ahora, si compramos una propiedad, estas propiedades puede que tengan un costo relativamente “bajo” al ser fabricadas en serie, pero no debemos olvidar que entre más manos de trabajo le pongamos a un producto, más alto terminará siendo su costo de venta, sin contar que no será exactamente lo que buscas y/o necesitas.
Así que, si tienes forma de disponer de recursos para invertirlos a fin de crear u obtener tu patrimonio, siempre será una mejor opción fincar tu sueño y dejar que sea realizado exactamente como lo mereces.
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